Si no ordenas tus prioridades, la marea diaria creará su propia lista por vos, en base a una dudosa agenda de mandatos, miedos, expectativas, estrés y «deber ser».

Muchas veces soltamos el timón y sentimos que las tareas se acomodarán solas en una matriz «urgente – importante».

Pero lo que olvidamos es que somos nosotr@s los que decidimos qué es realmente importante en nuestra vida y qué no lo es.

Definir prioridades es tomar el mando de tu tiempo, tu foco y tu energía. Y encauzar estos recursos en la dirección que vos consideres.

¿Cómo podés comenzar a ordenar tus prioridades en la diaria? Algunos consejos:

•  Evalúa el impacto e importancia de tus tareas y pendientes.

• Lo que se pueda automatizar, simplificar o delegar, ni lo dudes!

• A las tareas y temas importantes, asignales una fecha y hora en tu agenda. De esta forma generas auto-compromiso.

• No solo tengas en cuenta el impacto a corto plazo, sino a mediano y largo. ¡Ahí es la clave!

• Para las tareas operativas y rutinarias , como la palabra lo indica, lo mejor es armar rutinas eficientes y en bloques para que te lleven el menor tiempo posible.

• Practica el NO NO NO. Siempre antes de aceptar un nuevo compromiso, a menos que sea un sí rotundo o una obligación asumida, consultalo con tu agenda (y tus objetivos) antes de dar una respuesta.

•  Preguntate dónde querés estar en 3-5 años. Esa proyección hacia adelante te va a permitir priorizar y distinguir lo importante de lo superfluo.

En resumen, ordenar tus prioridades es la clave para tomar el control de tu vida. No dejes que el caos diario decida por vos. Evalúa el impacto de tus actividades, automatizá lo que puedas y aprendé a decir no cuando sea necesario. ¡Tomá el mando de tu tiempo y dirigilo hacia donde querés estar!