¿Qué medida de tiempo es la «ideal» para organizarnos? En mi método, la parcela clave es la SEMANA.

Hay dos errores frecuentes: uno es organizarnos día por día. Eso genera que vivamos en modo reactivo, actuando ante las urgencias y las minucias de la diaria. En este modo, cualquier imprevisto nos saca de eje y en general, solo vamos a planear en función de las fechas límites.

El otro error es planificar solo por mes. Eso genera el efecto opuesto: se diluye el día a día y se genera mucha dispersión. Nos da una falsa sensación de «tener tiempo», la cual lleva a procrastinar y a tomar acción cuando la fecha se aproxima y presiona.

Además en esta visión macro nos olvidamos de todas las tareas y actividades regulares y operativas del día a día ,que aunque no lo veamos, conllevan tiempo y energía.

En la SEMANA, en cambio, ¡está todo! Las rutinas, las tareas, las actividades, la armonía entre descansos y acción. También los bloques para aquellas acciones relacionadas a los objetivos y para hacer las cosas con tiempo suficiente, sin llegar a las corridas.

La semana además tiene un ciclo (inicio, desarrollo y cierre) que va generando un ritmo regular y nos permite ir administrando con mucha más consciencia el foco y la energía a lo largo de sus 7 días.

En resumen, organizarnos por semana nos da ese equilibrio perfecto entre el control (corto plazo) y la perspectiva (largo plazo). Es el eslabón indicado entre las parcelas más macro, como el mes, y las micro, como el día.

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