¿Como te vinculás con tus objetivos?
Durante mucho tiempo intenté aplicar las típicas metodologías para definir mis objetivos, pero sentía que algo me faltaba. Es decir, si bien eran específicos, alcanzables y tenían un plazo, no lograba conectar emocionalmente con ellos.
El resultado: muchos inicios pero poco sostener. Muchas ideas lindas pero poca acción. Mucha información pero poca implementación.
El entusiasmo duraba las primeras etapas, pero más por el sesgo de novedad que por un interés genuino en esa meta. Con las semanas, esa motivación se iba “desinflando”, sin lograr entender bien en qué “fallaba”. O aquello que sí terminaba o sí sostenía, era más desde un lugar de obligación o necesidad.
Los concretaba, abordándolos desde el apuro por concluirlos, casi como “un trámite”. Oscilaba entre empezar y abandonar al tiempo, aburrirme o alcanzar objetivos pero, en el fondo, sintiéndome vacía.
Una nueva mirada sobre los objetivos
Con el tiempo y la formación más holística, centrada en el auto-conocimiento, comencé a diseñar objetivos que me inspiraban y estaban conectados con mis valores, con mi estilo de vida.
Eso los hacía sostenibles de manera orgánica porque eran metas por las que disfrutaba trabajar e invertir recursos (tiempo, energía, dinero, habilidades, etc).
Si bien hay varios criterios que aplico, te quiero compartir una pequeña fórmula que utilizo como disparador simple pero potente para crear objetivos con mayor consciencia.
Un a frase que se me ocurrió un día: “Los buenos objetivos son como los buenos libros: no querés que se terminen”. Los objetivos, más allá de lo técnico, deben ser imanes que te atraen, no corsets que te aprisionan.
A la hora de definir objetivos (sobre todo los macro e integrales) me hago las siguientes preguntas:
- ¿Qué emociones quiero sentir?
- ¿Qué experiencias quiero vivir?
- ¿Qué problemas quiero tener?
- ¿Para qué me ayuda cada pregunta?
La primera pregunta me ayuda a comprender cuál es la NECESIDAD o DESEO real del objetivo. Siempre detrás de una meta hay un aspecto emocional pujando, pidiendo atención.
También ayuda a saber si vamos “por buen camino”. Si digo que quiero sentir tranquilidad, pero en la diaria vivo desde la urgencia y la irritabilidad, hay algo que puedo trabajar. Las emociones son INFORMACIÓN.
La segunda pregunta me ayuda a discernir el CÓMO, la forma de ese objetivo, cómo quiero que se vea en mi rutina y actividades. Hay muchos caminos, está en un@ elegir aquel que más se alinea con tu contexto, intereses y estilo.
Finalmente, la tercera pregunta responde a una frase: “Tus objetivos no están solo para elegir tus logros, sino sobre todo tus batallas”.
No se trata de no tener problemas, sino de tener problemas que nos haga sentido resolver y nos resulten interesantes y desafiantes.
Espero que estas preguntas sean de inspiración e incluso te animen a pensar tus propias preguntas poderosas 💜
Si te identificaste con el post, si te cuesta definir, disfrutar y sostener tus objetivos, en la tienda vas a encontrar un Seminario que puede acompañarte: «DISEÑO EFICAZ DE OBJETIVOS», donde te comparto 15 claves que combinan lo metodológico con el autoconocimiento y lo motivacional, para definir objetivos sostenibles, alcanzables, accionables e inspiradores.