- “Soy un desastre para organizarme, no nací con ese don”
- “Me voy a volver un robot”
- “Tengo que cronometrar cada hora de cada día”
- “Para organizarme, necesito mucha disciplina y exigencia”
¿Te suenan estas frases?
Te cuento un secreto: yo también tenía todas esas creencias sobre la organización!
Durante bastante tiempo pensé que para ser más productiva, llegar con todo y tener buenos hábitos tenía que madrugar, estructurar mi día al detalle, crear rutinas super rígidas (que nada tenían que ver con mi personalidad) y exigirme más, “machacarme” para así “ganar disciplina”.
¿Por qué ocurre esto?
Bien, hay dos grandes motivos principales.
El primero es más “sencillo” de lo que parece: porque son habilidades y buenas prácticas que, en general, no se enseñan en ningún lugar. Por eso se ve difícil, inalcanzable, un “don de nacimiento”. La realidad es que: son habilidades que se aprenden, se pulen, se mejoran. Como aprender a manejar o cuando comenzamos un nuevo trabajo.
Y lo bueno, que es como «andar en bicicleta»: una vez que lo incorporás, no te lo olvidás más! Además, una vez que tenés la habilidad y aprendes las técnicas las vas adaptando a tu vida.
El segundo punto es la mentalidad, que muchas veces se sustenta en creencias que hemos escuchado desde niñ@s: «descansar es de vag@s», «para ser productiv@ hay que hacer más», «siempre hay que estar haciendo algo», «si no está perfecto, no lo hago», «tiempo es dinero, hay que exprimirlo al máximo». ¿Resonás con alguna? ¿Qué aprendiste en tu casa, en la escuela, en la facultad, sobre el tiempo y la productividad?
Para colmo, estos mandatos nos llevan a ver la organización como una jaula donde nos volveremos personas robóticas y sobrexigidas. Pensamos que planificar es tener todo cronometrado, que cada día será igual, que no podremos cambiar o hacer lugar a la flexibilidad y lo nuevo. Nos asustamos pensando que los hábitos son cuestión de disciplina férrea, de obligarnos a hacer cosas que no queremos, de sufrir. A su vez, intentamos alcanzar un ideal de perfección que no solo no existe sino que nos genera un estado de frustración e insatisfacción constante.
Una nueva mirada
Luego de años, con el estudio profundo de estos temas sumado a mucha práctica y experimentación, comprendí que la organización no es estructura ni sobre control. Sino todo lo contrario: liviandad, adaptación y practicidad. Poder crear procesos y rutinas acordes con el contexto, forma de ser y estilo de vida. Entender cómo funciona la auto gestión desde una mirada del comportamiento humano, la motivación y los principios de creación de hábitos.
Una buena organización no se trata de vivir una vida hiper controlada, robótica o de fotito Pinterest. Sino de desarrollar buenos hábitos técnicas para fluir con y practicidad, orden, liviandad, paz mental y resultados en el día a día. La verdadera organización tiene que ver con simplificar, con mejorar, con potenciar y alivianar lo que ya hay. Obtener los mejores resultados con menos estrés y esfuerzo.
Es por eso que hoy te quiero compartirte 5 acciones fáciles y sencillas para empezar a organizarte de una manera mucho más amable y realista:
- Incorpora una agenda semanal para anotar compromisos, actividades y fechas importantes 📔.
- Crea listas de tareas por área: trabajo, universidad, personal, etc… 📄
- Simplifica tus rutinas cotidianas y repetititivas: por ejemplo el orden del hogar, las comidas, rutinas de ejercicios, etc. 🏡
- Crea un bloque semanal para tus intereses personales: desde juntarte a tomar un café con amigas, dedicarlo a algún hobby, ver ese curso que compraste, etc. ☕
- Incluí el descanso como parte de la planificación, no como un premio que tenés que ganar o un lujo. Un buen comienzo para esto es hacer un break de 10 minutos por cada hora u hora y media de actividad.
Como ves, son hábitos simples pero que sostenidos en el tiempo van haciendo que tu rutina sea mucho más fluida y liviana. ¡Espero te inspiren! 💜
Si querés aprender una metodología simple y poderosa para organizar tus días, semanas y meses, nuestro Curso Organización Personal es para vos!