Una de las leyes principales en gestión de tiempo es la famosa Ley de Parkinson, la cual dice que «el trabajo de expande en proporción al tiempo disponible».
En criollo: a más tiempo, más lo «desperdiciamos» y tendemos a retrasar/estirar/dilatar acciones y decisiones.
¿Hasta cuándo? Obviamente, hasta que la fecha límite o algún problema puntual nos empiezan a «presionar»… y ahí es cuando activamos. ¿Sentís que trabajás mejor bajo presión?🔥 Cuando se acerca una fecha límite parece que fuéramos más eficientes y productivos, ya que nos focalizamos al 100% para concretar el tema en cuestión🎯.
Ejemplos típicos: estudiar los días previos al examen, hacer un trabajo el día anterior a la entrega, ir al médic@ cuando ya no podemos más de un dolor/molestia, ordenar la casa a las corridas cuando vienen visitas, comprar los regalos de Navidad el 24 por la tarde, dar el final de la materia cuando se está por vencer, etc…
Aunque no lo parezca, con ciertas metas personales pasa lo mismo. Al no haber una fecha específica o un «vencimiento» (por ejemplo, empezar a hacer ejercicio o comer más sano) la tendencia a es postergar el inicio, total «nada me apura».
Y Muchas veces, ese «nada me apura», a la larga se transforma en «si lo hubiera hecho antes…».
Por eso es muy importante empezar a crearnos mini desafíos que nos incomoden sanamente y nos impulsen a pasar a la acción. Fecha de fin pero también de inicio!
Aprender a auto-disciplinarnos y a resolver los temas con la antelación adecuada, marcarnos mini-fechas límite✍️ en el camino y trabajar por bloques de tiempo, para evitar esta tendencia natural a dejar todo para último momento (o peor, para nunca).
Por ejemplo, si querés ponerte las pilas con el manejo, sacá turno para el registro!!! Quizás sea para dentro de 3 meses, pero esa fecha límite en el horizonte va a ejercer una sana presión para que practiques y no dilates (de hecho, esta fue mi táctica hace años para sacar el registro 🚗).
¿Querés rendir ese final encajonado? 📄 Anotate en la próxima mesa de examen. No esperes a estudiar o a «estar tranqui» para inscribirte, porque lo más probable es que lo sigas postergando.
Recuerda: la procrastinación produce más procrastinación. Pero la acción produce más acción.