Sesgos comunes al planificar

¿Te pasa que armás planificaciones diviiinas pero raramente lográs cumplirlas? ¿Sentís que no calculás bien lo que algo te va a llevar? ¿Tenés tu agenda plena de objetivos tentadores, pero solo quedan en buenas intenciones? Seguí leyendo!

La realidad es que los seres humanos somos bastante “malos” planificando, nuestra mente es, por default, cortoplacista: le interesa sobrevivir aquí y ahora, mañana verá. ¡No la culpes! Este diseño es el que nos permitió -y permite- seguir en este hermoso mundo y evolucionar.

Planificar, en cambio, es una habilidad ejecutiva compleja, que utiliza áreas más “nuevitas” de nuestro cerebro, y requiere mucha más energía cognitiva que simplemente andar por la vida improvisando (aunque sabemos que esta actitud nos cuesta caro).

Hay varios sesgos conocidos a la hora de planear, llamados “falacias de planificación”. Algunos de ellos:

  • Solemos contemplar solo los escenarios más optimistas.
  • No tenemos en cuenta imprevistos, riesgos ni tareas rutinarias (que consumen tiempo y energía). Ni hablar de los descansos o los tiempos de ocio y disfrute tan necesarios.
  • Sobre-estimamos nuestra capacidad y nos ponemos millones de tareas. Planificamos pensando que somos robots, pero en la práctica somos simples mortales con energía y atención limitadas.
  • No tenemos en cuenta que tanto la vida como nosotros mismos cambiamos continuamente, y por ella la planificación debe ser FLEXIBLE! Si tus planificaciones son demasiado rígidas, quizás sea tiempo de llevarlas a Pilates.

Por suerte, como toda capacidad, la podemos pulir y mejorar. ¡Con la práctica te aseguro que poco a poco se puede convertir en un hábito poderosísimo! 🔥

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