Planificar puede ser complicado, sobre todo si recién estamos comenzando en el camino de la organización y no estamos acostumbrados a hacerlo. Por eso hoy te dejo algunos tips para que tu planificación sea más flexible y efectiva y que puedas ir incorporando de a poco:
- Siempre añadí aunque sea un pequeño margen de maniobra. Por ejemplo, si estimás que un traslado te llevará media hora, organizate como si llevara 45 minutos.
- Cuando te pidan algo (y te corresponda, o bien elijas hacerlo) adoptá el hábito de preguntar «¿Para cuándo lo necesitás?». Eso te dará la pauta de su nivel de prioridad.
- Reservá un bloque de tiempo durante la jornada para ponerte al día con las nuevas tareas o pendientes que puedan haber surgido o con aquello que se retrasó o complicó.
- Tené en cuenta qué bloques son más negociables o flexibles y cuáles necesitás proteger con mayor ahínco. Te va a permitir mantener un equilibrio y avanzar a pesar de las interrupciones o imprevistos.
- Siempre tené a mano algo para anotar. Te va a servir para ir registrando los nuevos pendientes que aún no ubicaste en la agenda, así como ideas, datos rápidos y demás para después gestionarlos correctamente, como una «bandeja de entrada». Algunas buenas opciones: Un cuadernito, bloc o una app de notas.
- Por último, recordá la «regla»: la primera vez, es imprevisto. La segunda, es acción mal planificada. Muchos imprevistos y urgencias son en realidad consecuencia de la falta de anticipación y previsión adecuadas. Con un poco de planeación ¡mejora enseguida!
Planificar no se trata de preverlo todo, sino de estar listos para adaptarnos a lo que venga. Siguiendo estos consejos, vas a manejar mejor tu tiempo y estarás más tranquil@ frente a lo inesperado. ¡Empezá a incorporar estos hábitos y vas a notar la diferencia!