Nuestro cerebro, cada vez que cambia de tarea, hace un gasto de energía.
Por un lado, tiene que cerrar lo que estaba haciendo, y ponerse en clima de lo nuevo. Por eso es que generalmente el arranque suele ser la parte más «cansadora».
Me gusta pensar el ejemplo de un auto, donde para pasar de estado quietud a movimiento necesitamos mayor potencia (poner primera), pero luego, una vez que ya está en movimiento, necesitamos menos, por efecto de la inercia.
Esto es una de las razones por las que nos conviene armar «lotes» de tareas ya sea por similitud o contexto. Porque hacemos un solo «arranque» y luego ya con la inercia del movimiento vamos resolviendo una cosa detrás de la otra.
Este simple hábito aumenta la productividad y el tiempo que podemos mantener la concentración y el ritmo en determinada actividad. Además nos brinda esa sensación de «cierre cognitivo» que tanto agradece nuestro cerebro.
Cada vez que cambies de tarea, tu cerebro tiene que encontrar el contexto y la información relevantes para esa nueva tarea y llevar ese conocimiento a la superficie de tu mente. Claro, tu cerebro solo tarda unos segundos en hacer eso, pero si estás cambiando constantemente entre tareas y proyectos, eso significa que estás forzando a tu cerebro a trabajar horas extras.
Esto puede provocar una reducción de la productividad, sin mencionar un mayor agotamiento al final del día. Por lo tanto, prueba agrupar las tareas similares. Fijate si puedes trabajar en todas las tareas de un proyecto, o en todas las tareas relacionadas con el mismo entregable, en el mismo bloque de tiempo. Cuando lo hagas, dedicarás menos tiempo a cambiar de contexto y más tiempo a concentrarte en realizar un trabajo de alto impacto.
Te cuento algunos ejemplos reales de algunos lotes en mi día a día :
– Compras: me hago una lista por categoría (carnes, verduras, frescos, secos, etc.) y me armo la mejor ruta para ir a cada lugar. Así hago una sola compra grande a la semana o máximo dos.
– Consultas y mails: una parte importante de mi trabajo es responder y enviar mensajes, ya sea por WhatsApp, Instagram y mail. Por eso, me doy espacios de aproximadamente media hora a lo largo del día para ir respondiendo todo junto. Siempre la primera media hora de mi jornada es responder mensajes. Obviamente dependiendo el día puede ser más o menos tiempo dedicado a esta actividad.
– Post: otra parte importante de mi jornada es la de subir contenido a Instagram. Para eso, me voy armando una base de post (por ejemplo las frases que ven con fondos de colores, las de tips, etc). No hago una por una sino que voy anotándolas en una nota Keep y luego cuando junto varias las diseño todas juntas en Canva y las comparto a mi celu.
Espero te haya servido y gustado este post a la hora de planificar tus tareas cotidianas. Podés aplicarlo a todo! Tanto a tu trabajo, a tu hogar, tu vida personal y el estudio. En nuestro curso Organización Personal aprendes esta técnica y muchas más herramientas para organizar tu día a día de forma productiva y liviana!